por Karla Díaz Ph.D. (c).
¿Qué han considerado cuando un colega les pide que dicten una charla, presentación o clase? La tendencia común es el enfocar esta tarea desde el punto de vista de la actividad que les gustaría que desarrollen sus estudiantes. Sin embargo, este punto no es el primero a considerar. Debemos analizar cuidadosamente a nuestra audiencia en términos de su conocimiento previo, características demográficas e intereses. El proceso de diseño instruccional nos puede resultar muy útil para planificar esta tarea que nos ha sido encomendada.
Según Smith & Ragan (2005) es
esencial conocer a nuestra audiencia antes de cualquier evento de
aprendizaje. Se puede obtener
información general acerca de su formación, edad, e intereses para de esta
forma planificar nuestro evento de aprendizaje acorde a esta audiencia. Si no
es posible tener esta información de antemano (pasa en la vida real), se
recomienda usar los primeros 10 minutos de su clase para conocer a sus
estudiantes y hacer ajustes en su clase acorde a sus intereses. Es ideal poder
hacer un levantamiento de las necesidades, características y fortalezas de la
audiencia cuando disponemos de los recursos y el tiempo ya que esto nos permitirá
poder planificar adecuadamente nuestra clase. También, se pueden utilizar encuestas
electrónicas para obtener información de los participantes antes de la clase y
de esta manera planificar nuestro evento de aprendizaje.
Después de tener una idea clara de
nuestra audiencia, es vital definir el contexto en el que se llevará a cabo el
aprendizaje. ¿Será una clase presencial,
semipresencial, híbrida o en línea? Las instalaciones y recursos disponibles
son importantes a considerar acorde a nuestra audiencia (Smith & Ragan,
2005). Cada ambiente de aprendizaje
tiene ventajas que deben ser consideradas.
Las clases presenciales todavía siguen siendo las más utilizadas porque
permiten el contacto directo con los participantes y una comunicación directa. Por otro lado, el ambiente de aprendizaje
híbrido o semipresencial requiere un análisis previo del LMS (learning
management system) a ser utilizado, del acceso a tecnología de los participantes,
de los costos para desarrollar material interactivo, entre otros. El ambiente
híbrido combina las ventajas del ambiente presencial y en línea ya que los
participantes tendrán la oportunidad de interactuar directamente con sus
compañeros y profesor y al mismo tiempo podrán disfrutar de la flexibilidad de
organizar su tiempo al no asistir presencialmente a clases.
En conclusión, para iniciar a planificar
una actividad de educación debemos conocer a nuestra audiencia preferiblemente
a través de un proceso de diagnóstico previo en el que estén involucrados los
participantes como agentes activos de su proceso de educación. Después debemos definir el contexto de
aprendizaje más adecuado de acuerdo a las características de los participantes
y de esta forma iniciar esta tarea de diseño instruccional.
Bibliografía
•
Smith,
P. L., & Ragan, T. J. (2005). Instructional design (3rd ed.).
Hoboken, NJ: Wiley.